Refrescos La Victoria

Es prácticamente imposible hablar de una marca exitosa sin hablar de un modelo de negocio propositivo y de cómo surgen para superar cada uno de los obstáculos con novedad e imaginación comercial.

Y pocos contextos internacionales serían de mayor trascendencia que la Segunda Guerra Mundial; fue durante los últimos meses de 1945 durante éste conflicto global en el que México participó, cuando Don Roberto Ruiz Obregón constituyó la empresa que se convertiría una de las marcas importantes a nivel internacional y una de las más emblemáticas a nivel local: Refrescos La Victoria.

Inicios de la Industria Refresquera Queretana

Independientemente de la excepcional vida de Don Roberto Ruiz, una cosa que lo caracterizó en su emprendedurismo es la persistencia. Pues si bien Refrescos la Victoria nace hasta 1945 (o 39 según algunos) la realidad es que desde 1912 se había ya empezado a embotellar refrescos bajo este nombre, habiéndose beneficiado del modelo de prepago, el trabajo duro de sus iniciales 5 trabajadores, un burrito (sí el animal, con el que hacían sus entregas) y su máquina embotelladora que había probablemente costado los ahorros de toda una carrera en ferrocarriles (carrera que había seguido Don Roberto previamente), capaz de embotellar entre 15 y 20 botellas al día.

Foto: el Universal Querétaro


Don Roberto fue rechazado por The Coca Cola Export Corporation como embotellador en una primera instancia, pero eso no le impidió negociar para convertirse en distribuidor, esto en un tiempo en el que la gente no estaba tan segura de consumir una bebida oscura para refrescarse, por lo que la familia Ruiz ideó estrategias de convencimiento, para que la población queretana terminara por probar el refresco que hasta mucho tiempo después contaría con el peso de marca que hoy conocemos.

Campañas Publicitarias y Crecimiento:

Lo que hoy llamaríamos campañas de activación fueron ejecutadas en el cine que existía en la ciudad por aquél tiempo donde hoy se encuentra el “Cineteatro Rosalío Solano”. Roberto Ruiz Rubio (hijo de Don Roberto), recuerda cómo acompañaba a su padre en esta labor introductoria: “Nos íbamos al Cine Goya, mi padre, un par de ayudantes y yo, y aprovechábamos los diez minutos del intermedio para ofrecer gratuitamente al público degustar Coca Cola. Apenas teníamos el tiempo necesario para destapar, entregar y, antes de que se reanudara la función, recoger las botellas ya vacías”.

Las activaciones y las campañas de la propia Coca Cola terminaron logrando que la demanda del producto fuera en aumento y con ello se fue impulsando a su vez el crecimiento de la envasadora que por fin pudo hacerse tanto de la maquinaria como de la logística necesaria (el burrito había sido reemplazado por camiones repartidores) para intentar de nuevo convertirse en la envasadora de la marca de Atlanta con lo también se vería beneficiado el crecimiento de la marca de refrescos queretanos “Victoria”.

Habiendo establecido su mercado, prevalencia de la marca e industria necesaria, The Coca Cola Export Corporation por fin concedió la franquicia por el embotellamiento y distribución exclusiva en Querétaro.

Un empresario con visión social.
A Don Roberto lo recuerdan sus familiares como un incansable persecutor de la calidad y excelencia, por lo que siempre procuró la mejor materia prima, una buena organización, el mejor personal pero sobre todo la cercanía con sus consumidores, a quienes al final del día todas las empresas se deben.

Es curiosamente poco conocido que Don Roberto es otro de los mecenas que la ciudad de Santiago de Querétaro y México ha tenido a lo largo de su historia, habiendo apoyado instituciones como el Cuerpo de Bomberos, el Tecnológico de Monterrey y el Colegio Nacional de Educación Profesional Técnica (Conalep).

Y tal vez aún menos conocida es la existencia desde el 2000 de la Fundación Roberto Ruiz Obregón.

¿A poco crees que las marcas grandes nacieron grandes?

Es rarísimo el caso, ninguna marca ni empresa nace con un mercado listo para comprarle y mucho menos siendo conocida por todos. La innovación y el trabajo duro, son desde luego importantes, pero la excelencia en el vacío no le sirve a nadie, ni a la empresa, ni a los emprendedores, ni empresarios, ni inversionistas y mucho menos al consumidor.

Hoy tienes la ventaja de poder darte a conocer a miles o millones de personas en poco tiempo. Utiliza las campañas en exteriores y digitales. Márcanos y hablemos. Sigue tu propia historia de éxito.

Fuentes y recomendaciones:

 “Querétaro inédito Don Roberto Ruiz una historia de éxito” de David Rafael Estrada Correa.

“Comenzó con una maquinita de refrescos” de El Universal Querétaro

“Mini-nota: Fin del Cine Goya en Querétaro” del blog eloficiodehistoriar.com.mx

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